Convivencia y utopía El gobierno indio y español de la "Ciudad de Mechuacan", 1521 - 1580
En Michoacán, como en el resto de México y del continente americano, la conquista española trajo una catástrofe terrible que castigó con suma severidad a los nativos, los mal llamados “indios”, víctimas de la muerte y el sufrimiento provocados por la guerra despiadada, las desconocidas epidemias, el exceso de trabajo, los abusos, la represión religiosa y el trastorno todo de la vida. Muchos españoles, sin embargo, religiosos pero también laicos, reaccionaron frente al horror y trataron de defender a los indios proponiendo opciones de organización social que les diera cierta protección y les permitieran recomponerse. Los frailes, particularmente los franciscanos, buscaron separar a los indios de los codiciosos españoles aislándose en sus pueblos, bajo la tutela paternal de los mismos frailes. Otros, como Vasco de Quiroga, obispo de Michoacán, propusieron organizar a los indios en ciudades y pueblos, pero no asilados, sino manteniendo con los españoles relaciones económicas y sociales justas y mutuamente benéficas. Esta es la utopía que propuso don Vasco, una utopía de convivencia, que muestra este libro siguiendo las vicisitudes del gobierno indio y español de la “ciudad de Mechuacan” que fundó el obispo, primero en Tzintzuntzan y después en Pátzcuaro.