BUDA GUANYIN Tesoros de la compasión
Tradicionalmente intenso y continuamente renovado, el diálogo cultural entre China y México, naciones herederas de altas civilizaciones, alcanza este año un momento culminante. En distintos foros, centros y eventos culturales, México tiene el privilegio de recibir un número excepcional de presentaciones del legado cultural, las expresiones tradicionales y las manifestaciones artísticas contemporáneas de China, que ofrecen a nuestro público, en conjunto, una extensa imagen del pasado milenario y la vigorosa modernidad que caracteriza hoy a esta nación. Una parte notable de esta presencia es la exposición dedicada a una de sus más importantes tradiciones religiosas, el budismo, con la que China se presenta en el Museo del Noreste, dentro del Fórum Universal de las Culturas Monterrey 2007, y posteriormente en el Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec. El budismo es una gran ventana al interior de China y más allá de China. Procedente de la India, el budismo llegó a China cuando milenios de religiosidad y de búsquedas espirituales se habían decantado en acabadas formas del pensamiento religioso, a un tiempo doctrinas filosóficas y sistemas religiosos, como el confucianismo y el taoísmo. Paralelismos, convergencias y divergencias unieron y separaron durante siglos a estas tradiciones, encuentros que hallaron su símbolo admirable en la gran tentativa que significó el Sanjiao, las “Tres Doctrinas”, síntesis de las tres “religiones” chinas: confucianismo, taoísmo y budismo. En esta ocasión, Guanyin es, también, motivo central e iluminador de un vasto recorrido a través del arte, el medio tal vez más eficaz que Chin empleó para naturalizar y hacer plenamente suyas corrientes de pensamiento y espiritualidad que aceptó de otras culturas.