Gobierno y economía en los pueblos indios del México colonial
Aún imbuidos por la tradición política prehispánica, los sobrevivientes dinásticos de la conquista de Mesoamérica (o sus descendientes director o colaterales) pudieron, grosso modo, seguir gobernando aproximadamente durante los primeros dos o tres decenios de la era colonial. Sin embargo, tanto mandatarios de influyentes entidades estatales como señores locales de las casas reales más pequeñas, asumieron el reconocimiento de una nueva fuente externa y superior de soberanía representada por el rey de España. Este requisito implicó de inmediato la abdicación a la suprema señoría natural y la renuncia sustancial de la exacción tributaria en géneros y trabajos entregada por la población Macehual.A partir de mediados del siglo XVII la imposición generalizada de los cabildos logró, en lo progresivo, hispanizar el estilo de gobernar en las dirigencias étnicas. Empero las nuevas reglas en la alternancia y duración de los oficios, así como la imposición de distintos mecanismos de elección propiciaron un acoso al poder de la nobleza. Fuertes contradicciones se desataron entre los tradicionales estamentos indios, en un proceso adaptativo de la etnicidad bajo la égida hispánica, donde la recomposición de las capas sociales y las lealtades tuvo un papel fundamental. La evolución trisecular de las repúblicas de naturales en las regiones más representativas de lo que hoy es México, ofrece un panorama sobre las directrices impuestas a las comunidades y sus instituciones por parte de agentes exógenos como los hombres de la Iglesia católica, los funcionarios reales y los colonos españoles. Una gama de experiencias recorre el amplio espacio desde Michoacán hasta la península yucateca.