Tristes triques Un diario de campo en la mixteca de la sierra
El trabajo de campo constituye la experiencia substancial a partir de la cual la etnología adquiere su especificidad. Según Lévi-Strauss, no se puede ser etnólogo de gabinete y por ello es necesaria la experiencia in situ o el trabajo de campo. Esta circunstancia sólo resulta satisfactoria cuando implica vivir directamente con los indígenas, opinaba Malinowski.Cualquiera que sea la guía que el investigador elija para orientar sus pregunta, entrevistas y observaciones, será en él, “diario de campo” donde además de anotar los datos con objetividad, no podrá prescindir de reflejar, en el escrito su personalidad, su sistema de valores, sus prejuicios, sus desalientos. Todo ello como resultado de un encuentro más con la realidad, con la materia prima vital y con la ya casi irreversible convicción “de lo que puede llegar a ser la actividad de su vida, como sólo puede conocerla el iniciado”, diría Junker. Este es el testimonio de una breve temporada de campo con el grupo indígena triqui del estado de Oaxaca, realizada a finales de 1969.