La construcción del pasado indigena de Tezcoco De Nezahualcóyotl a Alva Ixtlilxóchitl
Este estudio podría haberse titulado Fragmentos de una cultura perdida, ya que sigue las huellas del lento proceso de pérdida de la memoria histórica acolhua tradicional, reemplazada poco a poco por las leyendas, los testimonios tardíos, las reinterpretaciones de los cantos antiguos o el intento de interpretación de los escasos códices que sobrevivieron a la Conquista. Patrick Lesbre ha preferido ver en ellos la génesis de la identidad mestiza texcocana. El derrumbe brutal del imperio azteca y la implantación del sistema colonial arrancaron al reino de Tezcoco y a la provincia acolhua de su prosperidad económica y política, condenándola a la asfixia y a un repliegue progresivo sobre sus glorias pasadas. Ahora bien, la actitud de los historiadores y cronistas texcocanos fue diferente a la de los mexicas: glorificaron su pasado e intentaron rehabilitar el imperio chichimeca y la legitimidad política fundamentada en la antigüedad; pero, sobre todo, trataron de insertar la historia acolhua en la historia universal y en el nuevo orden colonial, sin dudar en alterar, tanto como fuese necesario, la realidad prehispánica. No se contentaron con conservar las tradiciones orales seculares; aprovecharon la ignorancia de los ocupantes y el vacío documental consecutivo a los primeros años de la conquista para reescribir la historia prehispánica conforme a los cánones occidentales. Así, en el plano religioso, hicieron de Tezcoco y sus reyes instrumentos de la Providencia sin quienes no habría podido suceder la caída del imperio azteca. La supuesta conversión de Nezahualcóyotl al monoteísmo y las pretendidas profecías de Nezahualpilli se presentan como la antesala de la llegada del cristianismo. La presunta enemistad entre México- Tenochtitlan y Tezcoco, la ruptura de la Triple Alianza y la muy oportuna rebelión de Ixtlioxóchitl contra Moctezuma reflejan la misma intención en el plano político.