
Breve noticia del idioma papabuco del pueblo de Elotepec
Francisco Barriga Puente, señala: Hasta donde mi información llega, la primera alusión al idioma papabuco fue la que hizo Manuel Orozco y Berra en su Geografía de las lenguas y carta etnográfica de México, en 1864. Quien fuera miembro fundador de la Academia Mexicana de la Lengua propuso la existencia de 11 familias lingüísticas ??“además de 16 lenguas sin clasificar??“ dentro del territorio nacional. El papabuco figuraba entre estas últimas. La segunda mención de la lengua que nos ocupa se debe a Francisco Pimente ??“conde de Heras y vizconde de Querétaro??“, quien publicó en 1875 El cuadro descriptivo y comparativo de las lenguas indígenas de México o tratado de filología mexicana, obra en la que planteó la existencia de 19 familias lingüística. Con una mejor visión de conjunto, Pimentel colocó el papabuco dentro de la familia Mixteco-Zapoteca. Una tercera referencia al papabuco está contenida en The American Race: A Linguistic Classification and Ethnographic Description of the Natives Tribes of North and South America, que Daniel G. Brinton sacó a la luz en 1891. El doctor Brinton organizó el cúmulo de stocks lingüísticos americanos en cinco conjuntos. En el tercero de éstos ??“el grupo Central??“ incluyó las lenguas mexicanas. El papabuco figura dentro del stock Zapoteco y Mixteco, como lo había planteado Pimentel. Una década después ??“en 1901- el licenciado Francisco Belmar publicó la obra que aquí se introduce: Breve noticia del idioma papabuco del pueblo de Elotepec. De acuerdo con su título, se trata de un breve ??“pero sustancioso??“ tratado de papabuco, en el que se abordan con notable capacidad de síntesis el alfabeto y la pronunciación de las letras; el número gramatical; el género; los pronombres personales y demostrativos; el sistema de numeración, y la flexión verbal; este último particular se ilustra con un puñado de paradigmas. Al final de su boceto gramatical, el tlaxiaqueño afirmó ??“con el tono de quien sabe lo que dice??“ que le parecía “inútil entrar en amplios detalles sobre una lengua que en su concepto no era más que un dialecto del zapoteco”