Se ha formado con las grabaciones recibidas del Gobierno de Noruega, en copia digital de las originales realizadas por el investigador noruego Carl S. Lumholtz a finales del siglo XIX, entre varias poblaciones indígenas del noroeste de México y en el área purépecha. Estos registros los obtuvo el investigador en cilindros de cera, por lo que constituyen documentos de trascendental importancia, tanto por la música, lenguas y narrativa que contienen, así como porque son de las primeras grabaciones obtenidas con propósitos antropológicos, a partir de la naciente tecnología de audio en aquella lejana época.