Al igual que otras especies de la fauna, el armadillo fue representado de forma naturalista en numerosas expresiones artísticas, principalmente en las cerámicas. En Mesoamérica fue muy apreciado como recurso alimenticio y su caparazón se usaba como instrumento de percusión para el acompañamiento de sus festividades. En las expresiones cerámicas resaltan las bandas características de su caparazón, lo cual fue logrado mediante incisiones geométricas.