En este trabajo se realiza un abordaje antropológico en torno a la escena cultural metalera de la ciudad de México. Se desentraña la compleja simbología asociada con lo oscuro y lo transgresor de esta comunidad de sentido periférica y cómo sus pautas conductuales, rituales y simbólicas terminan configurando un imaginario social del metalero, no sólo capitalino, sino planetario. A partir de un extenso ejercicio etnográfico, teórico y reflexivo, se postula la estructuralidad del imaginario metalero; una comunidad de sentido estigmatizada por la sociedad que la tacha de violenta, satánica y peligrosa, pero que no por ello deja de ser un termómetro cultural de las comunidades de sentido urbanas que buscan hacerle frente a la homogeneidad cultural y a las incertezas de una modernidad fallida.