La Malinche: de la historia al mito
Malinalli-Tenepal, Malinche, Malintzin, doña María, mujer e indígena, madre y puta, traidora y útero simbólico de la nación mexicana, personaje desconocido, así es como se nos presenta la Malinche. No sabemos a ciencia cierta ni su nombre, ni su origen, ni su vida, a excepción de los momento en que sirve de "lengua! y de "vagina" al conquistador, macho y fecundado de la Nueva España; mujer de muchas caras pero jamás de la suya. Como india y como mujer la Malinche aparece en el discurso de la historia vista solamente desde la perspectiva masculina, de raza blanca, dominante. Como mujer resume a todas las mujeres, ofreciendo así un modelo de pasión, de fidelidad, de entrega total al hombre; abnegada, sufrida, rechazada y sometida, regresa a la nada sin que se sepa ni cuándo ni cómo termina su vida. Pero ¿acaso es india doña María? Los cronistas insisten en su hermosura, en su inteligencia, en su vivacidad. Imagen perfecta, opuesta a lo feo, a lo bárbaro, a lo inculto. Esta india, tan poco india, anuncia el nuevo estatuto del indio al servicio del patrón: indio callado que no tiene existencia ni palabra sino a través del amo, de la palabra, de la violencia. Indio cortado de su historia y sus raíces, indio sometido, cristianizado, blanqueado, objeto de estudio.