Se debe leer con gran cautela Compendio histórico de los reyes de Tezcoco de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl
En 1608, Fernando de Alva Ixtlilxóchitl presentó el manuscrito original de este documento ante las autoridades virreinales del pueblo de Otumba. Muchos años después, el texto pasó a manos del erudito novohispano Carlos de Sigüenza y Góngora, quien le llamó Compendio histórico de los reyes de Tetzcoco y lo donó a los acervos de las instituciones educativas de la Compañía de Jesús. Sin embargo, en los años en los que se creó la República Mexicana, el manuscrito fue enviado a Londres. Su consulta fue limitada. Incluso la edición que revisó el historiador Edmundo O’Gorman se basó en algunas copias existentes del documento. A partir de 2014, el INAH colocó en internet la digitalización de este manuscrito tras su compra en el Reino Unido, como parte de uno de los tres libros empastados a los que se denominó Códice Chimalpahin. Esta edición, la cual incorpora dos cuidadosos estudios sobre el Compendio, es un trabajo académico que busca colaborar en las nuevas indagatorias sobre las crónicas novohispanas de tradición indígena, lo cual abre líneas propositivas para estudiar el pasado prehispánico y virreinal.