El libro en Nueva España
En Nueva España hubo, desde sus inicios, no sólo circulación de libros y transmisión oral de su contenido, sino también producción en aumento constante. De ellos tenemos abundantes testimonios en documentos y ejemplares en archivos y bibliotecas de adentro y fuera del país. Fueron libros impresos en el virreinato novohispano desde 1539 y, principalmente publicaciones llegadas de Europa. Entre esta últimas, desde incunables (en la cuna), obras de la segunda mitad del siglo XV, llamadas así por ser los primeros de este tipo. Así, este virreinato participó activamente en la difusión y producción de impresos. Además abrió un mundo de posibilidades temáticas ante las necesidades de conocer y difundir la ancestral cultura y la naturaleza de estas tierras entre los mismos novohispanos y lectores interesados de diferentes partes del mundo.
¿Cómo eran esos libros? ¿Qué contenían? ¿Qué requisitos eran necesarios para su elaboración? ¿Quiénes fueron sus autores e impresores? ¿Quienes sus lectores? ¿Cuál fue su uso, y cómo su circulación? Preguntas como éstas nos llevan a reflexionar, a su vez, sobre algunos de los instrumentos que lo precedieron y su relación con otras formas de comunicarse antes y durante el uso generalizado del impreso, como el manuscrito y la palabra en voz alta, en la presente publicación, estudiosos de diferentes disciplinas nos brindan una amplia, variada y sugerente muestra de la compleja historia del libro impreso durante los trescientos años del México colonial.