1848 Una ciudad de grandes contrastes I. La vivienda en el censo de población levantado durante la ocupación militar norteamericana
Este libro intenta reconstruir, a la manera de un rompecabezas, la imagen que de la Ciudad de México nos deja entrever el Padrón de los habitantes de las casas de esta ciudad levantado en 1848. Por un lado, en él se descubre la ciudad en un momento difícil: un general norteamericano gobierna el Distrito Federal desde la silla presidencial del Palacio Nacional y miles de soldados yanquis ocupan edificios públicos y casas particulares, haciendo suyas calles y plazas, mientras que el Ayuntamiento, conformado por mexicanos, busca nuevas formas de administrar para obtener lo necesario y pagarle al invasor por su "protección". Por otro lado, en el libro se observa una ciudad de grandes contrastes, que se hacen más evidentes cuando la autora propone una novedosa forma de estudiar la urbe dejando de lado la división administrativa y definiendo las zonas del centro, del entorno inmediato y de la periferia, a través de las cuales se descubre una ciudad distinta a la ya estudiada. Así se ve el contraste entre grandes residencias, cuartos y jacales; el esplendor y el lujo del centro; desolación en Nonoalcao, hacinamiento en las vecindades de Santa María la Redonda, miseria en Tepito y Tequipeuca; mugre y basureros junto al Hospital de San Lázaro; los mismos propietarios pertenecientes al clero y la élite colonial, aunque ya sin títulos nobiliarios, junto a la multitud que paga renta.Una ciudad con una estructura urbana sólida heredada de la Colonia y de apariencia estática, y sin embargo, inmensa en un proceso que avanza lento y casi imperceptible pero perseverante e imparable: estrenando urbanización en Nuevo México, borrando acequias, tumbando capillas y engullendo las tierras de los antiguos pobladores.