La flota de la Nueva España 1630-1631
"En el otoño de 1631 llegó a oídos del virrey de la Nueva España la noticia de infortunio de la flota comandada por el almirante Manuel Serrano cuando se dirigía a Cuba: la nave capitana Santa Teresa y la almiranta Nuestra Señora del Juncal, ésta última con cargamento y tripulación muy importantes, no resistieron la tempestad. Este naufragio hizo patente la incompetencia de las reglas para el tráfico marino, pero también se reflejaron las contradicciones que existían en la sociedad".