Las Islas Marías Historia de una colonia penal.
Las Islas Marías son un misterio en nuestra realidad penitenciaria susceptible de ser historiado. Ese archipiélago del Pacifico mexicano prácticamente se mantuvo al margen de la historia hasta el primer lustro del siglo XX. A partir de entonces, albergó el sueño porfiriano de corregir (tal vez olvidarse) de la pequeña pero nutrida delincuencia que reincidía incluso después de haber pisado las prisiones. Después de la Revolución, a presuntos rateros, monederos falsos y vagos se sumaron militantes de ideologías distintas al mando posrevolucionario: los extremos se tocaron en las playas de María Madre, donde cristeros y comunistas convergieron cuando Francisco J. Mújica era director. Por si fuera poco, reformas penales añadieron al repertorio de la pena de relegación a toxicómanos, traficantes de drogas y homicidas. Desde ese momento, la reputación del penal reafirmó su fuerza en la imaginación pues, además de ser representado en la prensa metropolitana, fue objeto de escrutinio en la primera novela de José Revueltas, los relatos en primera persona de la madre Conchita y otros desventurados. Lo cierto es que aún predomina un conocimiento inacabado en torno a quienes se relegaba, las experiencias de los reos así como los cambios que observó la única colonia penal mexicana a través del tiempo y que hoy día mantiene a su población segregada dentro de sus “muros de agua”."