En Casas Grandes se desarrolló una compleja y singular tradición cerámica, en la cual se utilizaron diversos pigmentos de origen mineral y vegetal, principalmente, para lograr plasmar una gran diversidad de motivos decorativos de tipo simbólico, geométrico o zoomorfo, modelados con gran precisión en las paredes externas, y en algunas ocasiones, también en el interior de sus recipientes. Estos motivos forman bandas rectangulares o diagonales, en cuyo interior se aprecia en colores rojo y negro, la presencia de líneas trazadas de manera continua que sirven para delimitar los motivos principales de su decoración.