El estudio de la cultura mal que bien denominada “olmeca”, que se desarrolló entre 1200 y 600 a.C. en el marco geográfico diversificado de la Mesoamérica naciente, constituye una disciplina relativamente joven; sin embargo, parece ya padecer serios males que frenan su desarrollo y producen un estancamiento intelectual tenaz generalmente observable en campos de investigación más viejos. Un analista imparcial nota, en primer lugar, una marcada disparidad entre los conocimientos reales obtenidos de un número reducido de excavaciones arqueológicas fiables y el carácter inflacionista de las interpretaciones, a veces ni creíbles ni coherentes.La presente obra, fruto de un descubrimiento fortuito, ofrece una presentación cuidadosa de una operación de rescate arqueológico de un conjunto funerario de la época formativa, y aporta una cosecha de informaciones concretas de campo que enriquecen y actualizan el conocimiento de una región occidental de la Mesoamérica antigua particularmente mal conocida y que, por su valor intrínseco de primer rango, son susceptibles, además, de socavar las bases de algunas pseudo certidumbres reinantes; la riqueza de la información preservada y la estrategia cognitiva empleada en su análisis confieren al rescate un carácter excepcionalmente fecundo. En este marco, Rescate arqueológico de un espacio funerario de época olmeca en Chilpancingo, Guerrero tiene la doble ventaja de contribuir al indispensable aumento del corpus de significativas informaciones concretas y de diversificar el origen geográfico de nuestras fuentes de conocimiento.