En México, las manifestaciones gráficas rupestres son un fenómeno poco estudiado a pesar de ser una práctica cuya vigencia se remonta quizá al tiempo de llegada de los primeros pobladores, además de que constituyó un elemento importante dentro de la cultura, no sólo de las sociedades prehispánicas sino también de las que posteriormente colonizarían el dilatado norte. El presente libro aborda, desde ópticas diversas, parte de este fenómeno gráfico que hoy podemos encontrar incluso en alguno de los estados del centro de nuestro país, pues aunque parezca sorprendente, esta práctica que perpetúa conceptos entrañables a la forma de ser de las sociedades que las generaron, para formar parte de su memoria, continúa actualmente en algunas regiones, incorporada a una manera distinta de entender el mundo.