El contingente de sangre
Si bien el ejército fue una presencia constante en el México de la primera mitad del siglo xix, poco conocemos sobre su historia. Este libro analiza el impacto del reclutamiento en las relaciones políticas y militares entre el gobierno nacional y los estados y en la vida económica y social de las regiones. El Congreso de 1824 determinó que cada estado debería de aportar al ejército un contingente de sangre, es decir, un número determinado de reclutas para aumentar los batallones permanentes y cubrir sus bajas. Sin embrago, los gobiernos de los estados rehusaron cumplir con el mandato porque no querían contribuir a la formación de un gobierno nacional fuerte que, a través de una eficaz milicia permanente, les disputara su autonomía militar y política lograda durante la guerra de independencia. El enfrentamiento entre los estados y el Ministerio de Guerra por los reclutas fue un elementó más en el desarrollo del Estado-nación mexicano.