
80 años, 80 piezas 1944-2024
El viernes 3 de febrero de 1939 apareció en el Diario Oficial de la Federación la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Nacía ese día el INAH, hace 85 años.
El contexto histórico favorecía la decisión del presidente Lázaro Cárdenas: en la intensa corriente política que encabezaba, la que le urgía modernizar el país y al mismo tiempo ser un gobernante justo –él se definió como un “ciudadano de la revolución”-, consultó, escuchó y decidió que había que dar fuerza e impulso a la economía nacional y la defensa de los recursos propios, entendidos por igual el petróleo y su refinación y los ferrocarriles que los tesoros del pasado mexicano, de su historia y de su múltiple identidad cultural.
No era una ocurrente fantasía con recubrimiento académico, ni puramente intelectual, sino la decisión política de dar forma a un instrumento de gobierno. Su semilla estaría en la sema afortunada de preciados indicios para un hombre excepcional: el descubrimiento de la Tumba 7 de Monte Albán y la visita del general Cárdenas al sitio con el arqueólogo Alfonso Caso, la emotiva carta del gobernador yaqui pidiendo el fin de la contienda contra los indios (esa guerra centenaria y depredadora como todas a las que se ha englobado como la “guerra chichimeca”), la experiencia revolucionaria del veterano militar y ya presidente en las zonas indígenas en donde las lenguas originarias y las costumbres eran un valioso legado y no un lastre… Todo ello y la mirada al futuro de la extensión legal de los artículos 3º y 27 de la Constitución: la educación y la propiedad de la nación de todo lo que guarda el subsuelo, el suelo y el espacio. El INAH brotó como tareas específicas