Hace dos siglos el sistema colonial se conmovió frente a la osadía de los naturales del Perú y Nueva Granada que desafiaron el sistema político imperante. Muchos movimientos de protesta precedieron a estas insurrecciones en distintos lugares de la América española, y las amenazas tumultuarias como las revueltas y actos de insolencia prosiguieron después de 1780-81.Precisamente, nos ocuparemos aquí de uno de dichos actos realizado por los naturales de Zacoalco después de 1780. No se trata de un movimiento que conmocionó la totalidad del Virreinato de la Nueva España. No es un levantamiento armado cuestionando el sistema colonial en su conjunto. Es, esencialmente, un acto de insolencia al oponerse tumultuosamente a las pretensiones de los poderes locales y personales. Es decir, es la disputa concreta de la comunidad de Zacoalco y sus pueblos agregados defendiendo a las malas, el derecho a sobrevivir. En sentido estricto, la insolencia es una acción desusada y temeraria, según se define en el diccionario de la lengua española.