Etnohistoria del Noroeste Obras
Cuando apenas tenía dieciséis años y era estudiante de preparatoria, Ralph Beals viajó por primera vez al noroeste de México en compañía de su hermano mayor, Carleton, que quería evitar el servicio militar durante la primera guerra mundial. Los dos hermanos viajaron en un Ford modelo T desde su casa, en la zona de la bahía de San Francisco, hasta Tucson, Arizona, donde el viejo auto se destartaló. Caminando y pidiendo aventones, prosiguieron con rumbo al sur, hasta que finalmente, después de una larga y difícil aventura, llegaron a Culiacán. En aquellos días el noroeste de México era un lugar peligroso. Cuando su hermano decidió proseguir el viaje hasta la ciudad de México, Ralph se quedó en Culiacán, donde encontró trabajo con un ingeniero germano-estadounidense que apreciaba su habilidad para componer carros y hacer diversos trabajos. Durante ese periodo había grupos de indígenas yaquis que recorrían el campo con total impunidad. Un día, cerca de Cajeme, Beals oyó el sonido de un tambor y se escondió rápidamente debajo de un arbusto, desde donde vio pasar un grupo de yaquis con indumentaria de guerra. Ése fue su primer encuentro con la etnia, pero no habría de ser el último.